En los hemisferios del mundo donde las estaciones llegan cada 3 meses a cambiar el clima, muchos podrían decir que lo tropical es solo una tendencia, que por estos días está en furor en el mundo y que los excesos y la calidez de ciertas estéticas son cuestión de una temporada y seguramente, como todo en moda, pasará. Para nosotros, “Los tropicales”, o mejor dicho quienes nacimos y crecimos en el trópico, podríamos decir que ciertos excesos son parte de nuestro adn lleno de color y sabor. Que volantes y escotes como el bardot, que venía siendo una tendencia sin explotar desde hace como 2 años, se haya convertido en el “must” de la temporada, las redes sociales y las celebridades, incluida Olivia Palermo con el top Tulum de Johanna Ortiz, es simplemente la consecuencia que America Latina y el caribe “is the new black”.
Si, muchos de los ojos del mundo están puestos en estas latitudes, pero que este momento seamos el punto focal, simplemente refuerza ese estilo de vida y “elegancia latina” que tenemos las mujeres que nacimos en esta tierra. Cuidar nuestra imagen de una manera tan rigurosa, es algo innato. Todas, desde quienes desean lucir naturales, hasta quienes se gozan el performance, tienen sus trucos y es que en nosotras la feminidad implica cuidado y dedicación; pero también sabor; el sabor que está en los detalles, como los accesorios grandes, o el uso de varios de ellos al mismo tiempo, o los pelos tratados y cuidados a la perfección para que el viento pueda moverlos a su antojo, las uñas siempre arregladas, cada quien con su estilo, o los colores sin miedo de la ropa que usamos.
Que la tendencia del escote bardot con volantes y peplums sin limites, para muchos en nuestro país ya esté saturada mientras en el mundo apenas acaba de explotar, es el resultado de algo que a simple vista no se lee, pero podría decirse que por primera vez asumimos una tendencia un poco antes que el resto del mundo, porque es algo que habla de nosotros mismos, algo que está en nuestras raíces, y de cierta manera sentimos nuestro. Vemos en esos vuelos y bordados, flashes de los trajes típicos y las joyas pre-colombinas que siempre hemos tenido. Son excesos conocidos, era solo cuestión de “Re-conocerlos”, valga la redundancia.
En el trópico crecen las selvas más espesas, los atardeceres están llenos de colores vibrantes, las flores y frutas son exhuberantes, la comida abundante y la música provoca bailar. Todo esto lo llevamos en la sangre, así que no es gratis que nuestro estilo lo refleje y que lo vivamos hasta en la forma de hablar, en la calidez con la que tratamos a la gente y en la sensualidad de nuestro caminar o de los movimientos al bailar. Trópico es el aire que respiramos, es nuestra forma de vivir, actuar y adornarnos, así que más allá del hecho que hoy seamos tendencia, o estemos “de moda”, tropical es nuestra esencia, un estilo lleno de matices que mientras más global se hace, más se centra en los detalles, dos ejemplos de eso que me encantan, por un lado nuestro icono de moda colombiana favorito, Gloria Saldarriaga y por el otro las colecciones de Andrés Pajón, que como lo dijo Lizzi, editora de pasarelas de WGSN (ósea la mano derecha del dios de la moda) en Colombiamoda, al ver su colección, “son un delicioso banquete de detalles hasta el último botón”.
Por estas tierras, no siempre menos es más… y eso es estilo!
Besos…
Tati
@ICONAtatiana
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.