Se dice que la primera mujer en graduarse de una universidad fue Elena Lucrezia Cornaro Piscopia (1646-1684), ella era una joven Veneciana que logró titularse como filósofa de la Universidad de Padua, gracias a la presión y las influencias de su padre; porque como se imaginarán, en esta época, algo así era prácticamente una utopía. Un par de siglos después, Elizabeth Blackwell (1821-1910), inglesa, fue la primera mujer titulada como médica por la Universidad de Ginera en Nueva York (1849), después de que su solicitud fuera rechazada en 10 universidades y como en el caso de Lucrezia, gracias a la posición e influencia de su familia pudo lograrlo. Toda esta introducción, con datos históricos, va más allá solo del hecho de la posibilidad de estudiar, que hoy en día tenemos las mujeres, va directo a hablar del nuevo feminismo, esa nueva ola de mujeres y hombres, ¡si hombres!, en pro de la igualdad. El nuevo feminismo no habla de luchar unos con otros, habla de luchar juntos.
El nuevo feminismo y todas esas olas que hablan de “empoderamiento”, van más allá de una tendencia de moda, son una una propuesta para abrir la mente, cambiar de actitud y asumir una forma de vida. Pero esto no se trata solo de buenas intensiones y palabras bonitas, se trata de construir una sociedad donde, desde la crianza de los niños se proponga igualdad y tanto los niños como las niñas ayuden a sus padres con los quehaceres de la casa y sepan que pueden llorar, jugar fútbol o ser astronautas por igual. Una mamá que le pide solo a su hija mujer que la ayude a cocinar mientras su hijo varón mira TV es una mujer que fomenta esos estereotipos de género… Así es difícil que el panorama cambie.
Pero no solo se trata de los hijos, se trata sobretodo de nuestra forma de actuar, de cuidarnos unas a otras como lo decía hace unos días en el post de Girl Gang y sobretodo, nosotras mujeres, dejar actuar con actitud machista. Con esto no me refiero a pedirles a ellos que dejen de ser detallistas o caballeros, nunca! Yo amo los detalles, que me abran la puerta del carro y que me regalen flores; me refiero a no pretender ser unas “esposas trofeo” o simplemente creer que por ser bonitas entonces con eso es suficiente y por eso los hombres tienen la obligación de mantenernos. Ni ellos tienen la obligación, ni nosotras el deber de ser mantenidas y esperar que todo nos lo den, si no lo queremos. Todas tenemos derecho a elegir y si estamos hablando de igualdad, entonces que nuestras relaciones también sean las de dos iguales, cada uno con fortalezas y debilidades.
La invitación con este post es a romperla chicas! A que cada una se la juegue por lo que quiere, sepa que tiene el poder de lograr lo que se proponga, que puede ser lo que sueña y que aunque Disney a más de una nos dañó con sus princesas; como lo digo en mi twitter; y solo por eso deberían indemnizarnos a todas con hadas madrinas, hoy tenemos un mundo esperando para ser lo que nosotros hagamos de el. Antes era una locura ver a una mujer graduarse de una universidad, mucho menos se hubiera pensado que hoy nos graduemos de Masters o PhDs. Fue de ahí que surgió toda esta reflexión; la razón de mi viaje a Seattle al grado del Máster en Comunicación y Medios Digitales que recibió mi prima en la Universidad de Washington, de quien me siento muy orgullosa y quien además, me hizo caer en cuenta que en mi familia por parte de papá somos las primeras en tener un titulo de Maestría, no solo las primeras mujeres, las primeras en general. Felicidades Laurita!
La locación: Los alrededores y la maravillosa biblioteca de la Universidad de Washington.
Mi look para un grado en primavera: Contraste de opuestos, azul y naranja. Enterizo y tacones Zara, bolso Tous, Joyas Elements y gafas Chilli Beans
Y las demás… ¡¡¡Let´s rock girls!!!
Besos…
Tati
@ICONAtatiana
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.