Quienes me leen desde hace un tiempo, o me siguen en twitter, seguramente me han visto decir que estamos en la “era del estilo” y que la moda pasó de moda; estas palabras que antes podían sonar entre sin sentido y cliché (un par de polos opuestos) hoy cobran sentido y hasta se han materializado de manera tan visible que se hace innegable. Para que esto deje de sonar a reflexión metafísica o filosófica, entonces vamos directo al grano y pensemos en toda la onda “detox” en términos de comida, que nos invita a eliminar de nuestro cuerpo todo aquello que nos “intoxica” en otras palabras, aquello que nos sobra. Por los mismos caminos, pero en otros términos, las tendencias que hablan de lo “clean” y del regreso a lo básico como la onda “Normcore”; ambas apuestan por convertir a la persona en el centro de atención por ella misma y no por lo que lleva puesto; la primera a través de los colores claros y la segunda por cuenta de las prendas básicas. Al igual que con la comida se elimina lo que sobra para que quede la sustancia.
Esta especie de minimalismo contemporaneo, habla de una actitud purista, más allá del vestuario como moda, convirtiéndose en un estilo de vida que refuerza la conocida frase de Chanel “menos es más”.
Querer lucir nuestro estilo y con él, en determinado momento querer vernos simples o “normales” (si así lo queremos), no implica ir en contra de la moda u olvidarnos de ella; el estilo, en este caso, hablaría de un sello personal y de una adaptación de todas las opciones que esta (la moda) como sistema nos presenta, a nuestra vida, nuestras ideas, nuestra forma de ser, lo que queremos llegar a ser, en resumen: Nuestra Identidad.
Hay quienes dicen que estas nuevas estéticas son como uniformes que nos harían ver a todos como un “estándar”, pero… ¿Cuándo la moda no ha buscado uniformarnos, para después proponernos un nuevo uniforme en forma de tendencia, con el cambio de temporada? En las antiguas Grecia y Roma, por ejemplo, todos vestidos con sus túnicas, podríamos decir que estaban uniformados si los viéramos todos juntos en una foto desde lejos, pero haciendo un acercamiento nos daríamos cuenta que la forma de amarrarlas, los colores o los detalles y ornamentos que cada uno usaba, lo hacía distinto de otro; de eso se trata el estilo, de los detalles que te hacen único y representan quien eres.
Las prendas básicas como *tendencia esta temporada, no son más que una reivindicación de la comodidad, la versatilidad y la funcionalidad de la moda en favor del estilo propio. No hay que olvidar que “básico” no quiere decir aburrido, para eso están los detalles, las texturas, los materiales, la construcción de las prendas y por supuesto la forma como las mezclemos.
Desde la neuro-lingüística se dice que el vestuario funciona como reprogramador neuronal, por algo afirman que uno debe vestirse “no como el puesto que tiene, si no como el que quiere tener” esto aplica no solo para el plano laboral, aplica para todo en nuestra vida así que busquen entre su ropa y escojan cada día lo que quieren ser. Un plus, gracias a nuestro vestuario y accesorios podemos ser cada día una personaje distinto, lo importante es no convertirnos en el personaje y que la persona que hay detrás sea la que quede para el recuerdo; como diría Coco Chanel (de nuevo) “viste *vulgar y solo verán el vestido, viste elegante y verán a a mujer”.
*1 Prendas básicas y prendas de tendencia en el lenguaje de la moda son antónimos; las primeras son clásicas y no pasan de moda, las segundas van y vienen cada temporada.
*2 Éste “vulgar” aplica también para extravagante, demasiado sexy, muy aburrido, o cualquier otro exceso o extremo que se salga de nuestro estilo y vaya en contra de nuestra identidad.
Tatiana
@ICONAtatiana
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